ANGELES MASTRETTA
Ángeles Mastretta nació en la ciudad de Puebla el 9 de octubre de 1949. En Puebla Mastretta realizó todos sus estudios pre-universitarios hasta que en 1971 se mudó a la Ciudad de México, después del fallecimiento de su padre Carlos Mastretta, quien tuvo una fuerte influencia en la escritora.
En el Distrito Federal, Ángeles Mastretta estudió periodismo en la facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM de donde recibió su título en Comunicaciones y posteriormente colaboró ocasionalmente en periódicos y revistas como Excélsior, Unomásuno, La Jornada y Proceso. El periódico vespertino Ovaciones, donde tenía una columna llamada "Del absurdo Cotidiano", fue uno de los diarios donde inició su carrera periodística. De Ovaciones, ella misma señala en NEXOS, en 1987, que "escribía de todo: de política, de mujeres, de niños, de lo que veía, de lo que sentía, de literatura, de cultura, de guerra y todos los días" (7).
En 1974 Mastretta recibió una beca del Centro Mexicano de Escritores para participar en un taller literario al lado de escritores como Juan Rulfo y Salvador Elizondo. Más tarde, de 1975 a 1977, Mastretta fue directora de Difusión Cultural de la ENEP-Acatlán y de 1978 a 1982 del Museo del Chopo. En 1988 Mastretta participó, junto a Germán Dehesa, en el programa de televisión "La almohada", dedicado a charlas y entrevistas. Ángeles Mastretta es también miembro del Consejo Editorial de la revista NEXOS de la cual su esposo, el escritor Héctor Aguilar Camín, fue director de 1983 a 1995. En la actualidad (1999), Ángeles Mastretta sigue colaborando con su columna "Puerto libre" en NEXOS, además de hacerlo esporádicamente en periódicos extranjeros como Die Welt y El País. En 1982, Mastretta apareció por primera vez en el consejo editorial de la revista feminista FEM en el número 24; también en el 25 en 1983 y después, de modo más constante, del número 29 en 1983, al 40 en 1985. En FEM Mastretta publicó ensayos y un cuento y en la actualidad todavía aparece en el Consejo Editorial de la revista, aunque su participación no es ya activa.
Ángeles Mastretta recibió el Premio Mazatlán 1985 por su primera novela Arráncame la vida y, como se destaca en la contraportada de las últimas ediciones, ha sido publicada por dos casas editoras españolas y traducida al italiano, al inglés, al alemán, al francés y al holandés. En 1997 Mastretta recibió el premio Rómulo Gallegos por Mal de amores (1996), su segunda novela y cuarto libro. Esta es la primera vez, en la historia del premio, que ha sido otorgado a una mujer. Anteriormente lo habían obtenido escritores como Fernando del Paso, Javier Marías, Carlos Fuentes y Mario Vargas LLosa, entre otros.
La obra literaria de Ángeles Mastretta destaca primordialmente, una sucesiva contextualización del pensamiento feminista mexicano de los años setenta y ochenta. Mastretta formó parte integral de la generación de estos años, cuando el movimiento feminista en México mantenía una actividad de lucha febril, y se vio rodeada de gente que con sus trabajos de investigación y ensayos, problematizando la opresión de la mujer, brindaba ideas y temas que más tarde ella misma asumiría. Mastretta, por medio de una actitud de compromiso social ante los problemas que enfrenta la mujer mexicana, los presenta y contextualiza, a través de la experiencia auténtica y tangible, en su obra narrativa.
En el Distrito Federal, Ángeles Mastretta estudió periodismo en la facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM de donde recibió su título en Comunicaciones y posteriormente colaboró ocasionalmente en periódicos y revistas como Excélsior, Unomásuno, La Jornada y Proceso. El periódico vespertino Ovaciones, donde tenía una columna llamada "Del absurdo Cotidiano", fue uno de los diarios donde inició su carrera periodística. De Ovaciones, ella misma señala en NEXOS, en 1987, que "escribía de todo: de política, de mujeres, de niños, de lo que veía, de lo que sentía, de literatura, de cultura, de guerra y todos los días" (7).
En 1974 Mastretta recibió una beca del Centro Mexicano de Escritores para participar en un taller literario al lado de escritores como Juan Rulfo y Salvador Elizondo. Más tarde, de 1975 a 1977, Mastretta fue directora de Difusión Cultural de la ENEP-Acatlán y de 1978 a 1982 del Museo del Chopo. En 1988 Mastretta participó, junto a Germán Dehesa, en el programa de televisión "La almohada", dedicado a charlas y entrevistas. Ángeles Mastretta es también miembro del Consejo Editorial de la revista NEXOS de la cual su esposo, el escritor Héctor Aguilar Camín, fue director de 1983 a 1995. En la actualidad (1999), Ángeles Mastretta sigue colaborando con su columna "Puerto libre" en NEXOS, además de hacerlo esporádicamente en periódicos extranjeros como Die Welt y El País. En 1982, Mastretta apareció por primera vez en el consejo editorial de la revista feminista FEM en el número 24; también en el 25 en 1983 y después, de modo más constante, del número 29 en 1983, al 40 en 1985. En FEM Mastretta publicó ensayos y un cuento y en la actualidad todavía aparece en el Consejo Editorial de la revista, aunque su participación no es ya activa.
Ángeles Mastretta recibió el Premio Mazatlán 1985 por su primera novela Arráncame la vida y, como se destaca en la contraportada de las últimas ediciones, ha sido publicada por dos casas editoras españolas y traducida al italiano, al inglés, al alemán, al francés y al holandés. En 1997 Mastretta recibió el premio Rómulo Gallegos por Mal de amores (1996), su segunda novela y cuarto libro. Esta es la primera vez, en la historia del premio, que ha sido otorgado a una mujer. Anteriormente lo habían obtenido escritores como Fernando del Paso, Javier Marías, Carlos Fuentes y Mario Vargas LLosa, entre otros.
La obra literaria de Ángeles Mastretta destaca primordialmente, una sucesiva contextualización del pensamiento feminista mexicano de los años setenta y ochenta. Mastretta formó parte integral de la generación de estos años, cuando el movimiento feminista en México mantenía una actividad de lucha febril, y se vio rodeada de gente que con sus trabajos de investigación y ensayos, problematizando la opresión de la mujer, brindaba ideas y temas que más tarde ella misma asumiría. Mastretta, por medio de una actitud de compromiso social ante los problemas que enfrenta la mujer mexicana, los presenta y contextualiza, a través de la experiencia auténtica y tangible, en su obra narrativa.
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